Después de la conversión de los normandos, los duques habían adquirido un particular favor del Papa, por su ardor en edificar monasterios e iglesias destruidas por sus ancestros.
Después de la muerte de los mediocres herederos del rey Canuto, Eduardo fue proclamado Rey. Éste recibió la visita de Guillermo, (quien deseaba ser rey de los Witans) que le prometió la sucesión al trono. Eduardo prometía su fortuna a todos sus sobrinos. Quería irse como peregrino a Roma. El Papa lo dispensó a cambio de una Abadía. Hizo construir la abadía de Westminster y trasladó su palacio cerca de ella. En 1066 muere; fue el último rey anglosajón, antes de la conquista; para los ingleses era el símbolo de la Inglaterra independiente.
Guillermo, Duque de Normandía, era un hijo ilegítimo del duque Roberto y de una aldeana a quienes le hicieron la vida muy dura sus súbditos.
Normandía estaba en paz y floreciente; el duque era tenaz. Se casó con Matilda, hija del Conde de Flandes: el Papa se lo prohibió, pero se impuso y -a cambio- prometió construir dos iglesias en Caen.
En ese tiempo los Witans ofrecían la corona; Harold fue hecho prisionero, aunque Guillermo lo dejó libre, a condición de que fuera su súbdito. Cuando Eduardo murió, los Witans nombraron a Harold rey. Éste violó la ley feudal del juramento solemne hecho a Guillermo, un usurpador pero que tenía una tropa excelente y peligrosa. Guillermo le juró a cada uno de sus vasallos normandos tierras en Inglaterra y dinero. Pudo así desembarcar sin luchas ni batallas en Inglaterra. Harold regresó hacia el Sur. Cuando los normandos vieron a sus hombres, lo atacaron. Fue una masacre donde el propio rey murió.
Las operaciones militares y diplomáticas aclara, el carácter de quien sería su rey. En vez de asaltar Londres, la rodeó y esperó su rendición. En vez de coronarse, esperó que le ofrecieran la corona; quería aparentar ser el rey legal. En Navidad de 1066, principio del S XII se dejó coronar en Westminster. En esa época se edificó la Torre de Londres.
El duque de Normandía, rey de Inglaterra y los normandos encuentran en Inglaterra unos paisanos sajones y daneses en comunidades separadas por bosques y tierras, agrupados junto a una iglesia de madera. Los celtas, galeses y escoceses no formaban parte del reino de Guillermo I que reinaba por derecho conquistado. El casamiento de su hijo Enrique I con Matilda unió la casa de Normandía a la dinastía de los antiguos reyes sajones.
Las operaciones militares y diplomáticas aclara, el carácter de quien sería su rey. En vez de asaltar Londres, la rodeó y esperó su rendición. En vez de coronarse, esperó que le ofrecieran la corona; quería aparentar ser el rey legal. En Navidad de 1066, principio del S XII se dejó coronar en Westminster. En esa época se edificó l
El duque de Normandía, rey de Inglaterra y los normandos encuentran en Inglaterra unos paisanos sajones y daneses en comunidades separadas por bosques y tierras, agrupados junto a una iglesia de madera. Los celtas, galeses y escoceses no formaban parte del reino de Guillermo I que reinaba por derecho conquistado. El casamiento de su hijo Enrique I con Matilda unió la casa de Normandía a la dinastía de los antiguos reyes sajones.
EFECTOS DE LA CONQUISTA NORMANDA : EL GOBIERNO CENTRAL
Ninguna situación fue más ambigua que la de Guillermo I en Inglaterra, al día siguiente de su coronación. ¿Tenía derecho a ser soberano legítimo un miembro de la antigua familia real? Era un conquistador rodeado de cinco o seis mil caballeros ávidos, a los cuales les prometió tierras quitándoselas a sus antiguos propietarios ingleses. Se podía decir que pertenecía a la misma raza que los anglo-daneses y primos cercanos de los anglo-sajones. Estos normandos, transformados a lo largo de un siglo y medio, lograron que ningún inglés comprendiera su lengua. La nobleza inglesa se abandonó a la bebida, a la glotonería, al desorden, mientras los franceses vivían con frugalidad. En revancha, los señores ingleses más generosos, no buscaban enriquecerse, mientras los normandos fueron soberanos,
Ninguna situación fue más ambigua que la de Guillermo I en Inglaterra, al día siguiente de su coronación. ¿Tenía derecho a ser soberano legítimo un miembro de la antigua familia real? Era un conquistador rodeado de cinco o seis mil caballeros ávidos, a los cuales les prometió tierras quitándoselas a sus antiguos propietarios ingleses. Se podía decir que pertenecía a la misma raza que los anglo-daneses y primos cercanos de los anglo-sajones. Estos normandos, transformados a lo largo de un siglo y medio, lograron que ningún inglés comprendiera su lengua. La nobleza inglesa se abandonó a la bebida, a la glotonería, al desorden, mientras los franceses vivían con frugalidad. En revancha, los señores ingleses más generosos, no buscaban enriquecerse, mientras los normandos fueron soberanos,
¿Cómo un puñado de normandos aislados en un país extranjero, en un tiempo de comunicación difícil y lenta, podría gobernar? La ventaja de los conquistadores era numerosa. Ellos tenían a Guillermo como un verdadero jefe que traía de Normandía una sólida experiencia; encontraron resistencias locales, aunque no una resistencia nacional y sobre todo poseían una temible superioridad bélica. Después de la derrota de Harold, ninguna armada en Inglaterra podía oponerse a la caballería feudal Normanda. Sabían construir fortalezas impenetrables. Primero eran de barro, luego de piedra. Guillermo, rey prudente, no autorizaba a construir estas fortalezas más que a sus hombres de confianza; eran fortalezas reales como la Torre de Londres. A los hombres del interior se les prohibía tener castillos fortificados.
Para distribuir a los normandos las tierras prometidas, debía quitárselas a los vencidos. Primero se las quitó a los traidores, que habían combatido para Harold; luego se las quitó a los revoltosos, con el fin de anexar a la corona nuevos territorios. Reprimió una rebelión en el norte, donde quemó los pueblos y edificó en su lugar el espléndido castillo de Durham, flanqueado de una catedral digna de elogios. Los puestos importantes estaban ocupados por los normandos. Los compañeros del Conquistador formaban la nueva nobleza inglesa. Dos lenguas se hablaban en el país; el clérigo hablaba francés y latín.
Para distribuir a los normandos las tierras prometidas, debía quitárselas a los vencidos. Primero se las quitó a los traidores, que habían combatido para Harold; luego se las quitó a los revoltosos, con el fin de anexar a la corona nuevos territorios. Reprimió una rebelión en el norte, donde quemó los pueblos y edificó en su lugar el espléndido castillo de Durham, flanqueado de una catedral digna de elogios. Los puestos importantes estaban ocupados por los normandos. Los compañeros del Conquistador formaban la nueva nobleza inglesa. Dos lenguas se hablaban en el país; el clérigo hablaba francés y latín.
En Francia, a partir del S XVIII hasta el S XIX, las antiguas fórmulas francesas del rey normando se empleaban todavía en Inglaterra. Durante casi tres siglos, el inglés no poseyó una literatura ni gramática, sólo una lengua popular hablada. El sajón fue una lengua germana con declinaciones complicadas, pero el pueblo inglés las simplificó, adquiriendo una asombrosa liviandad.
Los barones colaboraban con el rey. Desde Roma, el Papa Gregorio pedía el celibato de los sacerdotes, el derecho a nombrar a los Arzobispos y que el Rey les rindiera homenaje.
Guillermo el Conquistador fundó una gran monarquía, pese a no ser un soberano de Inglaterra; juró mantener las leyes y costumbres anglo sajonas; debía respetar los derechos feudales concedidos a sus compañeros; temía y veneraba la iglesia. Guillermo no podía concebir la monarquía absoluta: tampoco la nobleza feudal se lo hubiera permitido.
Los normandos introdujeron un orden más rígido, fundado sobre un principio: “Sin tierra, sin Señor”. En la cima de la jerarquía económica y del hombre político, estaba el Rey, coronado como una persona sagrada; era el propietario de todas las tierras del reino; guardaba parte de ellas y cedía el resto a sus jefes y a los caballeros, a cambio de servicios militares y otros favores. Por ejemplo, si el rey otorgaba cien casas solariegas, tenía derecho a cincuenta caballos, en tiempos de guerra. El barón se quedaba con cuarenta y el resto era para sus vasallos.
Los barones colaboraban con el rey. Desde Roma, el Papa Gregorio pedía el celibato de los sacerdotes, el derecho a nombrar a los Arzobispos y que el Rey les rindiera homenaje.
Guillermo el Conquistador fundó una gran monarquía, pese a no ser un soberano de Inglaterra; juró mantener las leyes y costumbres anglo sajonas; debía respetar los derechos feudales concedidos a sus compañeros; temía y veneraba la iglesia. Guillermo no podía concebir la monarquía absoluta: tampoco la nobleza feudal se lo hubiera permitido.
Los normandos introdujeron un orden más rígido, fundado sobre un principio: “Sin tierra, sin Señor”. En la cima de la jerarquía económica y del hombre político, estaba el Rey, coronado como una persona sagrada; era el propietario de todas las tierras del reino; guardaba parte de ellas y cedía el resto a sus jefes y a los caballeros, a cambio de servicios militares y otros favores. Por ejemplo, si el rey otorgaba cien casas solariegas, tenía derecho a cincuenta caballos, en tiempos de guerra. El barón se quedaba con cuarenta y el resto era para sus vasallos.
Los ingleses eran sinceramente religiosos y no concebían un estado social diferente. Mientras percibían el peligro de invasiones, la clase militar era necesaria. Fue en el Siglo XIII, que el sistema feudal percibió a los militares como una clase inútil y onerosa. Cuando esta clase se disolvió, también cayó el orden.
Guillermo I el Conquistador dejó Normandía a Roberto: Inglaterra a Guillermo y cinco mil marcos de oro a Enrique.
Guillermo I el Conquistador dejó Normandía a Roberto: Inglaterra a Guillermo y cinco mil marcos de oro a Enrique.
Durante veintiún años, Guillermo reinó en Inglaterra con eficacia, poniéndose la corona solamente en tres ocasiones por año: en Navidad, Pentecostés y Pascua; luchaba contra los barones, cazaba ciervos y pasaba algún tiempo en Normandía para defenderse contra las trampas del Rey de Francia. Fue mortalmente herido en una de esas campañas.
Su hijo predilecto era Guillermo el Rojo, llamado así por el color de sus cabellos resplandecientes. A él le dejó la corona de Inglaterra; al mayor, Roberto, a quien tenía en mediocre estima, le legó sin ganas Normandía, sabiendo que nada bueno llegaría a ser y a Enrique le dejó los cinco mil marcos de oro.
Guillermo no era tonto ; era corpulento, brutal, medio mal hecho, sarcástico y sólo estimaba a los guerreros; tenía horror a los sacerdotes y blasfemaba con un placer salvaje. Su gran goce eran los banquetes que daba en Navidad y en Pascua a sus barones. Para aumentar su magnificencia empleó durante dos años los artesanos de Londres para construir el hall de Westminster que fue tenido en ese entonces por el más magnífico edificio del reino, sitio de la corte de Justicia. Para divertir a centenares de caballeros y mercenarios, llegados de todo el país aumentaba los impuestos. Había prometido respetar la ley, lo cual no cumplió, cuando se sintió poderoso. El segundo objetivo fue recuperar Normandía. Cuando su hermano Roberto partió para la primera Cruzada, Guillermo el Rojo le dio diez mil marcos de oro a cambio del ducado de Normandía.
Pero estando ausente Roberto, el hijo menor Enrique se hizo proclamar Rey por sus barones amigos y -a falta de un Arzobispo- coronar por el Obispo de Londres . Todo fue tolerado y el reino de Enrique I fue un tiempo apacible.
La institución jurídica, prestada por los normandos a los francos, era un método muy antiguo para determinar un hecho y aprobar los testimonios de quienes conocían la verdad. El Rey tomó la costumbre de convocar tales juzgados con el fin de decidir cuestiones criminales. La paz del reino no fue tan serena ni la dinastía tan fuerte, cuando un accidente imprevisto arruinó las esperanzas del heredero al trono. Guillermo el Rojo naufragó cuando regresaba de Normandía. Como no deseaba dejar el reino al hijo de Roberto -su hermano mayor fallecido, potencial heredero del ducado de Normandía- había designado heredera a Matilde, viuda del Emperador alemán. El gran Consejo le rindió homenaje. Para proteger las fronteras del ducado,el heredero se casó en segundas nupcias con la futura reina de Inglaterra. Este extraño casamiento no gustó a los ingleses; no les gustaba haber jurado fidelidad a una mujer. A la muerte de Enrique I, nacerían los problemas.
Los tres reyes normandos, Guillermo I el Conquistador, Guillermo II el Rojo y Enrique I habían servido a su patria de adopción; habían reinado en orden y mantenido un equilibrio aceptable entre los derechos de Inglaterra y los del reino.
Enrique I fue un hombre valiente. Nadie dañaba al otro en su época; la paz del reino fue su gran triunfo. La dicha de vivir diez y nueve años bajo un gobierno fuerte y justo fue benéfica.
Enrique I había designado heredera a su hija Matilde, pero surgió otro pretendiente, también nieto del Conquistador, Estienne de Blois. El reino se dividió entre los partidarios de Matilde y los partidarios de Estienne. El futuro Enrique II, conde d´Anjou, a la muerte de su padre, fue adoptado por Estienne y juraron que la unión y la paz reinarían en toda Inglaterra. Estienne, poco después fue proclamado rey de Inglaterra y acogido con gran entusiasmo por el pueblo inglés.
Enrique I fue un hombre valiente. Nadie dañaba al otro en su época; la paz del reino fue su gran triunfo. La dicha de vivir diez y nueve años bajo un gobierno fuerte y justo fue benéfica.
Enrique I había designado heredera a su hija Matilde, pero surgió otro pretendiente, también nieto del Conquistador, Estienne de Blois. El reino se dividió entre los partidarios de Matilde y los partidarios de Estienne. El futuro Enrique II, conde d´Anjou, a la muerte de su padre, fue adoptado por Estienne y juraron que la unión y la paz reinarían en toda Inglaterra. Estienne, poco después fue proclamado rey de Inglaterra y acogido con gran entusiasmo por el pueblo inglés.
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